martes, 19 de agosto de 2008

In Memoriam: S. M. la Reina Alejandra de Yugoslavia

por el Duque de Saint-Bar
Antiguo Ayuda de Campo de S.M. el Rey Pedro II
El 30 de enero de 1993, el estado yugoslavo, proclamado con tanta esperanza en 1918 por el Rey Alejandro I de Yugoslavia, estuvo de nuevo de duelo por el anuncio de la muerte de S.M. la Reina Alejandra, que falleció en Londres.

La Reina Alejandra, nacida Princesa de Grecia y Dinamarca, era la hija única del Rey Alejandro I de Grecia, hermano del Rey Jorge II y del Rey Pablo I, padre de S.M. la Reina Doña Sofía. El matrimonio del rey Pedro II de Yugoslavia, al terminar la II Guerra Mundial, fue un verdadero matrimonio por amor. La Reina Alejandra ayudaba al Rey Pedro II exiliado en Londres, en las actividades humanitarias para acudir en auxilio de las diferentes comunidades yugoslavas esparcidas por el mundo y muy golpeadas por los dramas de la II Guerra Mundial. Fue muy amada por todos los yugoslavos, ya fuesen serbios, croatas o eslovenos, a causa de su coraje y de la compasión que brindaba a todos. Foto: S.M. la Reina Alejandra en 1960.

Su esposo, quien primero rechazó en Belgrado firmar el pacto del Eje con Hitler y Mussolini, se convirtió después en Londres en el faro de la resistencia yugoslava contra el nazismo.

En 1943, Pedro II de Yugoslavia y Jorge II de Grecia firmaron un tratado por el que se creaba una Federación de los Balcanes. Los dos Soberanos eran conscientes de la importancia para los países de esta región de unirse después de la guerra y cooperar en el plano económico y militar para defender los valores de la libertad y la democracia en esta región europea. Esta federación no ha podido continuar después de la guerra, ya que tras la abolición de la Monarquía yugoslava, decidida unilateralmente y sin referéndum por los comunistas en 1946, Tito ha practicado una política totalmente opuesta a la idea de una cooperación entre los dos países. Hizo todo lo posible, por el contrario, entre 1945 y 1948, para desestabilizar el Gobierno griego apoyando a los rebeldes comunistas que querían instaurar en Grecia un régimen totalitario. Foto: S.M. el Rey Don Pedro II, S.M. la Reina Alejandra y el Excmo. Sr. Duque de Saint-Bar.

Si el pacto balcánico firmado en 1943 por los Reyes de Grecia y Yugoslavia, hubiera podido ser aplicado, habría constituído un factor de paz y estabilidad en la región. Igualmente, si la Monarquía constitucional se hubiera mantenido en Yugoslavia, jamás habría estallado la guerra actual en Bosnia y Croacia.

La Reina Alejandra, muy afectada por el fallecimiento de su esposo en 1970, vivía primero en Venecia junto a su madre la Princesa Aspasia. Tras la muerte de ésta, se trasladó a Londres para vivir al lado se su único hijo, el Príncipe Heredero Alejandro, actual jefe de la Casa Real de Yugoslavia, que lucha con todas sus fuerzas para el restablecimiento de la paz y la democracia en su país.

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