viernes, 30 de octubre de 2009

Gustavo III de Suecia y el café




En el siglo XVIII se consideraba al café y al té drogas con efectos excitantes y dañinos, cuyo consumo continuado acarreaba la muerte.

El rey Gustavo III de Suecia decidió investigar si esta aseveración popular era cierta. Para comprobarlo mandó indultar a dos reos condenados a muerte a los que convirtió en conejillos de indias. A uno ordenó se le suministrara en grandes cantidades café y al otro la misma cantidad de té. Así pasaron unos años y los dos presos gozaban de una salud excelente.

El rey no pudo comprobar el resultado de su experimento. Murió asesinado a balazos por el anarquista Auckarström, durante un baile de máscaras, en 1792. En este hecho está basada la ópera "Un ballo in maschera", (cuya escena reproducimos por cortesía de la Galería Friedman de Londres.) Los médicos que llevaban a cabo el experimento tampoco pudieron ver sus resultados. Murieron antes que los reos. Éstos murieron de viejos y hasta entonces gozaron de un envidiable estado de salud.