El destino del zar Nicolás II y su familia se truncó en 1918. El suyo fue un final escrito con sangre, a pesar de los esfuerzos del rey Alfonso XIII por salvarles. Sin embargo, su propio primo, Jorge V de Inglaterra, le retiró su apoyo.
La Familia Imperial rusa con el Zar Nicolás II |
En el cuarto centenario de la llegada de los Romanov al trono ruso recuerdo libros de la biblioteca paterna, lecturas de adolescencia como el «Diario íntimo» de Nicolás II o «Lo que ha que dado del Imperio de los zares». El primero plasmaba el amor del zar por su familia y su pueblo, y en el segundo se peregrinaba a través del exilio de grandes duques, generales, políticos, artistas e intelectuales tras la caída del Imperio. Desde entonces mi interés sobre esa familia imperial no ha hecho sino crecer. Conocí en el Rastrillo de Nuevo Futuro a la gran duquesa María Wladimirovna de Rusia, jefe de la familia imperial, y años después, al que fue su marido, el príncipe Francisco Guillermo de Prusia, padre de su único hijo, el gran duque Jorge Mijailovich, esperanza de la dinastía.
En 1613, Miguel Feodorovich Romanov, boyardo cosaco, fue elegido zar, palabra derivada de «césar» y empleada desde Octavio César Augusto. Rusia ha tenido emperadores como Pedro I, que abrió el país a Occidente y fundó San Petersburgo; Catalina II, amiga de Voltaire, Montesquieu, Diderot o Charles-Joseph de Ligne, y con favoritos como Potemkin u Orlov; Pablo I, autor de las Leyes Paulinas que establecían el principio de primogenitura en la dinastía y regulaban el matrimonio de los grandes duques; Alejandro I, amigo y luego enemigo de Napoleón, muerto supuestamente en 1825 pero cuya tumba fue encontrada vacía en 1926; Alejandro II, liberador de los siervos en 1861, antes que en muchos lugares, y que acabó destrozado por una bomba...
En 1913 se celebró el tercer centenario de la dinastía sin saber que un año después Rusia entraría en la Gran Guerra, dentro de la Triple Entente formada con Reino Unido y Francia, y que los bolcheviques aprovecha- rían el caos para hacer su Revolución. San Petersburgo cambió a Petrogrado. Nicolás II y la emperatriz Alejandra Feodorovna, nacida Alix de Hesse, fueron encarcelados con sus hijos, dándoles, en Tobolsk y Ekaterimburgo, un trato vejatorio e inhumano que acabó con su asesinato a tiros, a sangre fría, en julio de 1918.Alfonso XIII hizo lo posible por salvarles.
Jorge V de Inglaterra, en cambio, muy pare- cido a su primo Nicolás II, se echó atrás acuciado por Lloyd George y por cierta opinión pública que aborrecía que un emperador falsamente tildado de tirano fuera acogido en el democrático suelo británico. Ninguno sobrevivió a la matanza de la Casa Ipatiev. Tampoco Anastasia. La inventada historia de Anna Anderson, y otras similares, ilusionó a algunos e inspiró guiones con protagonistas como Ingrid Bergman,Viveca Lindfors, Lynn Seymour y Amy Irving.
S.A.I. el Gran Duque Vladimiro de Rusia |
Mártires canonizados
Nicolás II abdicó en 1917 y para evitar que su hemofílico hijo Alexis asumiera la corona, ésta pasó al hermano de Nicolás, Miguel Alexandrovich, que se apresuró a abdicar. Tras el asesinato de los tres, los derechos al trono pasaron a su primo Cirilo Vladimirovich, hijo de un hermano de Alejandro III. Su matrimonio con Victoria Melita de Sajonia- Coburgo-Gotha, divorciada del gran duque Ernesto Luis de Hesse, hermano de la emperatriz Alejandra, no fue bien visto por ésta ni por Nicolás II, aunque luego éste lo aceptó. Con permiso de Kerensky, Cirilo abandonó Rusia en 1917 por Finlandia. Allí nació Vladimiro convertido en 1938, al morir su padre, en jefe de la casa imperial, aunque sin proclamarse zar, como sí hizo Cirilo. Le conocí en Pamplona en 1990. Hablamos de su deseo de que su nieto fuera un buen príncipe ortodoxo, convencido de la importancia del cristianismo para Rusia. Viajó allí por vez primera en 1991 siendo recibido por 60.000 almas frente al Ermitage. Un año más tarde murió de un infarto en Miami, donde había animado a invertir en Rusia, siendo enterrado en la catedral de San Pedro y San Pablo. Su matrimonio con la princesa Leonida Geor- gievna Bagration-Moukhranskaïa, cuya familia –que ocupó en el medievo el trono de Georgia– se convirtió en parte de la nobleza rusa, fue visto por algunos como morganático, vivió en Madrid,donde nació y vive su hija María, aunque pasaba temporadas en su posesión bretona Ker Argonid de Saint-Briac, cerca de Dinard, y en París.
Hace tiempo el príncipe Nicolás Romanovich Romanov –hijo del príncipe Román Romanov de Rusia y de la condesa Praskovia Dmítrievna Shereméteva– me contó mucho sobre su familia. Descendiente del gran du- que Nicolás Nicolaievich, hermano de Alejandro II, encabeza la Asociación de la Familia Romanov, que considera que el gran du- queWladimiro Kirilovich –sin duda, el varón agnado de la casa– no tenía derechos a la corona por la supuesta tolerancia de su padre con la Revolución, su acatamiento al gobierno provisional y su casamiento con una luterana que sólo se convertiría a la ortodoxia años después. En Ginebra suelo visitar la iglesia ortodoxa rusa. Allí vi estampas de santos de la Familia Imperial: Nicolás II; Alejandra Feodorovna; sus hijos Alexis, Olga, Tatiana, María y Anastasia, y la gran duquesa Isabel, hermana de la emperatriz. Otros príncipes de la dinastía asesinados en 1918 fueron también canonizados. Que esa sangre de mártires haga fructificar el amor y respeto por esa antigua monarquía.
S.A.I. la Gran Duquesa María de Rusia |
PRESENTE Y FUTURO DE LA DINASTÍA
La gran duquesa María de Rusia (en la imagen junto a su hijo) es la actual jefa de la casa real y confía en la restitución de la monarquía en su país.Su único descendiente, Jorge, nacido en 1981 en Madrid, es el heredero de la dinastía
VLADIMIRO, ¿UN MATRIMONIO POLÉMICO?
Único hijo varón de Cirilo, protagonizó un controvertido enlace con Leonida,antes casada con un norteamericano. Con ella tuvo a su única hija: María de Rusia
Amado Rey y Cabieses es doctor en Historia
y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Monárquica Europea
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