S.M. el Rey y el Duque consorte de Palma |
Iñaki Urdangarín viajó a Madrid el pasado 11 de noviembre, una semana después de que la policía registrase la sede del Instituto Nóos en Barcelona, por orden expresa del Rey. El yerno de Don Juan Carlos no voló de Washington a la capital de España para comenzar a preparar su defensa, como algunos medios apuntaron entonces, sino para reunirse de urgencia con el monarca, que lo llamó a capítulo tras conocerse su presunta implicación en el desvío de fondos públicos a un entramado empresarial del que también forma parte su esposa, la infanta Cristina de Borbón, según han señalado a El Confidencial fuentes muy cercanas a la Casa Real.
El duque de Palma aterrizó en Barajas a primera hora del viernes 11 a bordo de un vuelo comercial procedente de la capital estadounidense. Desde el aeropuerto se trasladó directamente al palacio de La Zarzuela, donde le aguardaban Don Juan Carlos y su equipo de confianza, encabezado por el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. El monarca no incluyó ese día en su agenda ninguna actividad oficial, y la Casa Real no informó en ningún momento del viaje relámpago de Urdangarín a Madrid ni de la reunión entre el jefe del Estado y su yerno. Un portavoz oficial de palacio ni confirmó ni desmintió a este diario la celebración de ese encuentro.
La reunión, que según las fuentes consultadas no estuvo exenta de momentos de tensión, se centró en un punto fundamental: cómo levantar un cortafuegos para proteger judicialmente a la hija menor del Rey, también salpicada por las sospechas de corrupción que se ciernen sobre Urdangarín. La infanta Cristina figura como secretaria del Consejo de Administración de Aizoon S. L., una de las empresas investigadas por el juez José Castro. Su marido es el presidente y administrador único de la sociedad, a la que el duque de Palma desvió presuntamente una parte de los fondos públicos concedidos de forma supuestamente fraudulenta por los gobiernos autonómicos de Baleares y la Comunidad Valenciana, ambos del PP.
Cristina de Borbón también formaba parte de la junta directiva del Instituto Nóos, epicentro de la presunta trama, una entidad supuestamente sin ánimo de lucro que captó los fondos públicos cuyo origen y destino final investigan ahora Castro y la Fiscalía Anticorrupción. El ex número dos de Urdangarín en Nóos, Diego Torres, que ya está imputado en la causa, declaró al juez que la infanta fue vocal de la Junta de la sociedad entre 2003 y 2006, periodo en el que su marido ocupó el cargo de presidente y Torres el de vicepresidente.
Asumir toda la responsabilidad
La Casa Real, según las fuentes consultadas, da por descontado que Castro, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, citará a declarar a Urdangarín en calidad de imputado. Pero quiere evitar a toda costa no sólo que la infanta Cristina corra la misma suerte, sino incluso que acuda a prestar declaración como testigo. Por esa razón, el Rey pidió a su yerno, añaden las citadas fuentes, que asuma toda la responsabilidad y deje claro al juez que su esposa siempre estuvo al margen de las decisiones empresariales adoptadas por Urdangarín y sus socios, entre ellos el actual jefe de Responsabilidad y Reputación Corporativas del BBVA, Antonio Ballabriga.
"El Rey le dejó muy claro a Urdangarín que no va a quemarse por él ni va a comprometer a la Corona para salvarle, y que lo más importante es evitar que el caso acabe arrastrando a la infanta Cristina", aseguran las fuentes consultadas por El Confidencial. La estrategia diseñada por La Zarzuela pasa por que el duque de Palma, si es citado por el juez, exculpe de cualquier responsabilidad a la hija menor de Don Juan Carlos, insistiendo en que ésta nunca ocupó cargos ejecutivos en las empresas investigadas ni participaba en las reuniones de sus órganos de dirección.
Urdangarín, según las mismas fuentes, regresó a última hora del pasado día 11 a Washington para reunirse con su esposa y sus cuatro hijos, con los que reside desde el verano de 2009 en el exclusivo barrio de Chevy Chase de la capital estadounidense. Pero antes de abandonar Madrid, y siguiendo las instrucciones del Rey, el duque de Palma envió un comunicado a la delegación de la agencia Efe en Washington en el que proclamaba su "honorabilidad e inocencia". Urdangarín añadía que volverá a pronunciarse sobre el caso "cuando conozca los pormenores de las diligencias previas, que en este momento son formalmente secretas".
Fuente: El Confidencial
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