domingo, 17 de agosto de 2008

Estudios monárquicos: Alexis de Anjou

En 1993, la Asociación Monárquica Europea realizó un estudio en profundidad del personaje de Alexis de Anjou. Este estudio se complementa por una entrevista realizada a Alexis en su domicilio en Madrid por aquella fecha. El estudio no se pudo finalizar hasta 1994, poco después del repentino fallecimiento de Alexis a causa de un tumor cerebral. Es de interés histórico y sirve también para analizar cualquier otro intento de hacerse pasar por un príncipe, algo que hoy en día ya no es tan fácil gracias a la prueba del DNA, a la que Alexis se había sometido, pero cuyo resultado no llegó a conocer ya.

Aquí se publica un artículo previo de Monarquía Europea, que causó cierta polémica, después sigue un estudio preliminar y después el resultado de un análisis de un estudioso en heráldica. Parece que falta alguna parte más que se insertará en cuanto aparezca en los archivos de la AME. Los documentos utilizados para el estudio también se insertarán posteriormente.


LOS HUESOS DE EKATERIMBURGO:
DIVISION DE OPINIONES


Como todos han podido leer en la prensa y oír en la televisión, el 9 de julio de 1993 se celebró en Londres una conferencia de prensa en la que se informó sobre los resultados de la investigación en relación con las informaciones genéticas contenidas en los huesos encontrados hace dos años en Ekaterimburgo.

Los doctores Peter Gill y Pavel Ivanov declararon a través del Home Office británico que los científicos creen que cinco de los nueve esqueletos encontrados pertenecen a los Zares y tres de sus cinco hijos, faltando el Zarevich y una hija. Sin embargo, no se pudo especificar de qué hijas se trataría.

D
ichas investigaciones se hicieron en base a la prueba de sangre facilitada por S.A.R. el Duque de Edimburgo, nieto de la Princesa Victoria de Hesse, hermana de S.M. la Zarina Alejandra. En consecuencia, no pudieron verificarse los genes del esqueleto atribuido a S.M. el Zar Nicolás II. Además, según las declaraciones del doctor Peter Gill, debido a una mutación o desdoblamiento del ADN de los presuntos restos del Zar, no fue posible establecer su paternidad con los huesos de los tres esqueletos atribuidos a tres de sus hijas.


Por otra parte, el doctor Pavel Ivanov declaró que no se podría excluir la supervivencia de una de las hijas del Zar (suponiendo que los esqueletos son realmente los de la Familia Imperial rusa).

La Unión de Científicos de la Universidad Estatal de San Petersburgo difiere totalmente de los resultados obtenidos por el grupo de científicos que examinaron los huesos encontrados en Ekaterimburgo. Para ellos, y en base a muchas publicaciones hechas en Occidente y en Rusia, los acontecimientos de Ekaterimburgo no están claros. Declaran que los hechos históricos y las evidencias científicas obtenidas por ellos contradicen completamente la versión oficial del asesinato de toda la Familia Imperial entre el 16 y 17 de julio de 1918.

L
a UCSP estudió al respecto documentos sobre la Casa Imperial procedentes de Rusia, Uzbequistán y China. Disponen de documentación original y procedente de agencias oficiales y gobiernos. Asimismo se revisaron fuentes como "The File of the Tsar" de Tom Mangold y Anthony Summers, "Nicholas II" de Marc Ferro, y el material archivado en las Universidades de Harvard y Greenwich/Hawaii y los archivos estatales de varios países europeos.


Como resultado afirman que es muy posible que la Zarina y sus cuatro hijas hayan podido ser evacuadas de Rusia, pasando por Perm, en virtud de la documentación archivada en el Vaticano, España, Gran Bretaña, Alemania, Dinamarca, Rumanía y otros. Asimismo, los huesos encontrados en Ekaterimburgo podrían muy bien pertenecer a familiares cercanos de la Zarina. Exigen, por tanto, que se hagan nuevas pruebas en Rusia también en base a la información genética disponible de otros miembros de la Familia Romanov.

También se desmintió por parte del Palacio de Buckingham que S.M. la Reina Isabel II viajaría a San Petersburgo para asistir a unos funerales de Estado, los cuales tampoco han sido confirmados.

Creemos que la ausencia de los huesos de dos miembros de la Familia Imperial rusa no permiten en ningún caso cerrar el asunto de forma definitiva. Al parecer existen numerosos conjuntos de huesos más que deberían ser examinados, y para excluir cualquier duda, sería conveniente que también se compararan los ADN de los supuestos descendientes de las mujeres que afirmaron ser las Grandes Duquesas María, Anastasia, Tatiana y Olga, debiéndose partir de los ADN de los parientes más directos de la línea varón de los Romanov.

E
l hecho de que en Ekaterimburgo y otras ciudades rusas residieran muchas familias de la realeza y nobleza europea hace sospechar que los huesos objetos de examen podrían pertenecer a una familia emparentada con la Zarina, pero o con el Zar.


El caso de
Alexis de Anjou Borbón-Condé Romanov-Dolgoruky
Estudio Preliminar

Las especulaciones acerca de los huesos de Ekaterimburgo hacen renacer la polémica en relación con Alexis de Anjou. Todos recuerdan el amplio revuelo que causó en plena época de apogeo del interés por los representantes de las Casas Reales en el exilio, cuando hace año y medio un grupo de serbios le ofreció el trono de la Gran Serbia, en claro menosprecio del legítimo heredero, S.A.R. el Príncipe Alejandro Karageorgevich.

ABC y otros periódicos, en el marco de sus respectivos reportajes sobre el asunto, publicaron entonces un comunicado de prensa de la AME sobre la falsedad de la condición de Príncipe de Alexis. Pero al mismo tiempo, el presidente de la AME declaró en una carta dirigida al director de ABC, José Mª Ansón, que no habría inconveniente en reconocer la identidad del Príncipe Alexis si probase su descendencia en base a documentos fehacientes.

Como es uno de nuestros objetivos la realización de estudios de las Monarquías europeas y extraeuropeas, también sobre temas controvertidos como éste, cuando en base a documentación varia y comentarios de prestigiosas personalidades existen serías dudas sobre la veracidad de lo afirmado por Alexis, merecen un estudio a fondo que permite, al mismo tiempo, repasar un amplísimo capítulo de la historia del presente siglo y aclarar una historia al menos bastante oscura.

En el mes de junio de 1993, se estableció un contacto entre la Secretaría de Alexis II y la AME con el fin de estudiar los documentos que pudiera aportar este pretendiente al trono de Ucrania. El estudio (de las fotocopias de documentos) tuvo como resultado que parece inverosímil pensar en falsedad manifiesta, por lo que, a primera vista, no debe rechazarse del todo un estudio acerca de la figura del Príncipe Alexis, que según sus propias declaraciones y la documentación fotocopiada que aporta, desciende de la Gran Duquesa María Nicolayeva Romanov.

Estamos preparando un estudio más extenso sobre los resultados de los análisis de los huesos de Ekaterimburgo y las opiniones de diferentes Casas Reales y entidades monárquicas, pero también del propio Alexis de Anjou, porque creemos que son muy interesantes e ilustrativas. Con seguridad despertará opiniones de todo tipo, alguna polémica. Trataremos de ofrecer entrevistas con algunas personalidades, ya que son una forma de diálogo, al que nosotros siempre estamos abiertos.


Antecedentes

De la documentación fotocopiada aportada se desprende que Alexis d'Anjou Borbón-Condé Romanov-Dolgoruky es hijo de la Gran Duquesa Olga Beata de Romanov-Dolgoruky y de Basilio d'Anjou, Duque de Durazzo, jefe de la antigua Casa Real de Anjou de Nápoles. Nació en el Congo Belga en 1948, un año después de que Olga Beata contrajera matrimonio con Basilio. Olga Beata, a su vez, es hija de la Gran Duquesa María Romanov, hija del Zar Nicolás II de Rusia. Por circunstancias desconocidas, Olga Beata, con anterioridad a este matrimonio y por un período de sólo cuatro meses, estuvo casada con Víctor Brimeyer, un ingeniero de origen belga y que cuenta ahora unos 80 años de edad.

Los documentos fotocopiados (p.e. partida de nacimiento, inscripción de nacimiento, transmisión de la jefatura de la Casa Real d'Anjou y del Ducado de Durazzo) lo prueban. Más tarde, Alexis fue adoptado por el tercer marido de Olga Beata, Bruce-Alfonso de Borbón, Príncipe de Condé, noble francés sin descendencia, por lo que hereda también el apellido de este último.

Según las fotocopias de documentación variada de los gobiernos de España y Alemania, así como de la Santa Sede del Vaticano, hay sospechas fundadas de que se consiguiera que la Zarina y sus cuatro hijas pudieran abandonar Rusia. Esto fue posible (siempre según las informaciones facilitadas por Alexis d'Anjou) gracias a duras negociaciones de los gobiernos antedichos con los revolucionarios bolcheviques. Según el relato facilitado, durante la estancia provisional en Perm, la Gran Duquesa Anastasia se escapó primero, las demás salieron más tarde del país (vía Moscú). La Gran Duquesa María se fue a Ucrania, donde reinaba por poco tiempo el último Volodar (Rey) de Ucrania. Se fue con el hijo de éste a Rumanía, donde ambos contrajeron matrimonio, del que nacería la hija Olga Beata. Los datos posteriores a 1920 se basan, sin embargo, en testimonios personales como de la Reina de Rumanía, esposa de Carol II. (Sobre este aspecto sólo vimos testimonios personales de los implicados en la salvación de la Gran Duquesa María y su posterior esposo, Nicolás Dolgoruky, quienes, según una biografía sobre la Reina María de Rumanía, fueron acogidos por la Reina rumana).


Situación en 1993

A la vista de lo anteriormente expuesto, y de confirmarse la veracidad del supuesto exilio negociado de las Grandes Duquesas y la Zarina, no quedaría en entredicho que Alexis sea quien afirma ser, al igual que Anastasia, a quien no se creyó en su día. Sólo queda por saber dónde y cuándo. Los huesos encontrados en Ekaterimburgo, a juzgar por los resultados obtenidos por un gran número de científicos, no parecen ser de la Familia Imperial rusa. Existen dos conjuntos de huesos más que deben ser examinados. Quienes más que nadie saben la verdad de todo son los Gobiernos de Rusia, Alemania, España, la Santa Sede y la Casa Real de Gran Bretaña. Todos ellos, implicados de alguna manera en aquellas negociaciones, deben guardar documentos secretos sobre el asunto.


Conclusión

A primera vista, los documentos fotocopiados consultados resultan convincentes. Por supuesto, no hemos visto los originales ni somos expertos en evaluar la autenticidad de documentos originales. Por otro lado, ya que de fuentes de toda solvencia se nos ha advertido de la conveniencia de una reserva absoluta, nos abstenemos de una valoración concreta.

Parece ser, según revistas de Ucrania y Serbia, que Alexis disfruta de cierto prestigio en el país de su abuelo, Ucrania. También hay sectores en Serbia que le ven como posible candidato a un trono Serbio, un tema que todos recordarán muy bien. Pero Alexis no aspira, según sus propias declaraciones, a ocupar ningún trono si no es por decisión del pueblo. Sus contactos con súbditos ucranianos son estrechos.

Estamos preparando un estudio más extenso sobre los resultados de los análisis de los huesos de Ekaterimburgo y las opiniones de diferentes Casas Reales y entidades monárquicas, pero también del propio Alexis d'Anjou, porque creemos que son muy interesantes e ilustrativas. Con seguridad despertará opiniones de todo tipo, alguna polémica. Trataremos de ofrecer entrevistas con algunas personalidades, ya que son una forma de diálogo, al que nosotros siempre estamos abiertos.



Estudio en profundidad:

ALEXIS - ¿PRINCIPE O IMPOSTOR?



Estudio heráldico

P
ensamos que no se debe juzgar a nadie sin fundamento ni análisis profundo de sus alegaciones.

Con nuestra iniciativa de estudio de Alexis de Anjou hemos aportado un interesante asunto a la discusión. La cuestión sólo es si se debe ocuparse más detenidamente con ella con vistas a la justificación de dicho Alexis, ya que las investigaciones suponen una inversión de tiempo extremadamente elevada para llevarlas a cabo de forma amplia. Mucho más atractivo resulta aquí el aspecto científico de traslucir una reclamación nobiliaria con un trasfondo más o menos dudoso. Existen, además, paralelas con construcciones prácticamente idénticas como variación bicantina: también pululan numerosos paleólogos, comnenes, lascarides y angeloi que afirman ser los legítimos pretendientes al trono de Constantinopla. Estamos convencidos -muchos hechos lo confirman- que se trata de un auténtico impostor. Puntos de partida son los siguientes:

Por lo general: Alexis no sería el primero que quiera construir una legitimidad con vistas al trono ruso. Esto ya ha ocurruido varias veces en la historia. También resulta extraño que no existan otros documentos que uno matrimonial y dos partidas de nacimiento. Alexis no ha aportado documentos oficiales acerca de la supervivencia de la Gran Duquesa María Nicolayevna ni de su supuesto matrimonio con Nicolás Dolgoruky, ni mucho menos documentos originales.

Otra variedad es que en lugar de Anastasia es ahora María la superviviente de las hijas del Zar. Pero los informes y estudios más recientes sobre la investigación del asesinato de la Familia del Zar elaborados por científicos e investigadores rusos, en los que se afirma convincentemente el exterminio de toda la Familia del Zar.

Mientras que no se pueda demostrar clara e irrebatiblemente la supervivencia de la supuesta María, el asunto de la legitimación para una descendencia rusa debe archivarse de momento y no vale la pena ser continuada por más tiempo.
Las diferentes declaraciones juradas hechas por escrito por diferentes personas, serán con reservas invenciones de Alexis de Anjou.

Las exposiciones hechas no pueden ser demostradas en ningún caso. Las afirmaciones de los "expertos" de habla inglesa, en todo caso sólo son especulaciones; la declaración del sr. Schwetz de Ucrania (supuestamente un oficial que acompañó a la Gran Duquesa María en su viaje a Kiev) tampoco es más que una acumulación de afirmaciones que por los conocimientos extrañamente detallados (especialmente en cuanto a nombres y fechas) se vuelve más bien inverosimil.

Si el sr. Schwetz, como persona sin importancia, dispusiera de conocimientos de este tipo, también las autoridades decisivas tendrían que haberlo sabido y seguramente no lo hubieran callado. Consideramos que la declaración ha sido comprada ante el trasfondo de querer introducirse fraudulentamente en la descendencia de los Dolgoruky que no es documentada en ninguna parte.


Más que extrañas son realmente las diferentes partidas de nacimiento. Pero ni una ni la otra cambian algo en los hechos: Ni en cuanto a la resurrección de la hija del Zar, María, ni la legitimidad del sr. Anjou-Durazzo (otro asunto igualmente dudoso) se documentan con eestas partidas. La demostración de una descendencia directa de un Príncipe de Anjou-Durazzo también resulta no tener sentido si éste transmite sus títulos ya en 1966 a favor de Alexis (una documentación que tampoco es más que "de segunda mano").

Curiosamente, Alexis lleva en la segunda partida de nacimiento de 1988, que se expidió estando presente entre otros el "auténtico padre" Basilio d'Anjou, la ampliación de apellidos "de Bourbon-Condé", teniendo que observarse que su madre Olga se debía haber casado con el Bourbon-Condé después de fallecer Anjou (¿cuándo? - no se desprende de los documentos). La edad de Olga se indica con 51 - en base a otros datos tendría que haber tenido 61 años.

A este respecto, el mismo Alexis da una explicación muy confusa de la adopción en su autobiografía titulada "Yo, Alexis, bisnieto del Zar", que fue anulada y nuevamente reconocida.


También hay que incluir en el estudio que la primera partida de 1946 fue expedida por un funcionario colonial belga. Además se nombra a tres testigos que hicieron la inscripción del nacimiento: El abuelo Nicolás di Fonzo, Hermann Gabriel de Hontheim, así como Désiré Laurent, encargado territorial belga. Todos recibieron una copia, es decir, incluyendo al funcionario expedidor R. Stoquart, las cuatro personas tendrían que haberse equivocado al dar el nombre del padre (Brimeyer), ni hablar del año de expedición - los cuatro tendrían que haber vivido dos años detrás de su tiempo. La partida posterior de 1988 fija la fecha de nacimiento en 1948. El expedidor es (por el cambio de la situación política) un funcionario de la República del Zaire; los testigos son por sus nombres aparentemente negros y nacionales zaireños con una edad de 28 y 32 años, respectivamente.


Basilio d'Anjou se anota con una edad de 60 años, es decir, en la supuesta fecha de nacimiento de su hijo tendría que haber tenido 20 llevando casado un año. Entonces sorprende que con sólo 38 años (en 1966) transmitiera sus derechos a su "hijo" Alexis. Normalmente esto es algo que se hace poco antes del presumible fallecimiento o en un momento de ansiedad mental (lo que, por otra parte, debe ser excluido si 22 años más tarde pone a posteriori a su hijo en vida, aunque sólo en un documento.

Al margen hay que constatar, o al menos deberían ser examinados los títulos nobiliarios de los dos "padres" Anjou y Bourbon. Si todavía puede resultar aceptable que el apellido Durassow es correcto, es dudoso que lo mismo sea el caso del apellido Anjou, aunque haya sido reconocido ya desde hace algún tiempo. Pero existen ejemplos suficientemente documentados por la historia acerca de la "legitimación" de determinadas descendencias (la Casa de Austria p.e. se hizo archiducal mediante una falsificación autofabricada, pero ha sido aceptada por todos).

Para Anjou Durassow falta toda descendencia reconstruible genealógicamente. De todas las genealogías conocidas por mí no sale ninguna rama de la línea Anjou-Durassow que haya emigrado a Polonia o a un territorio oriental o que incluso se haya vuelto rusa, es decir, no existe en ninguna parte tal rama. Probablemente, el título sea una invención de los Durassow rusos, que con tal afirmación de la similitud del apellido Durazzo/Durassow hayan logrado sus objetivos en la Corte rusa.

Esta tesis también se fundamenta por la fecha de confirmación de 1916. En este momento, las administraciones zaristas ya tenían otras preocupaciones que pedir pruebas para supuestos títulos. Tal vez deba verse esto bajo un aspecto político al asegurarse la Corte zarista con tales confirmaciones de títulos la fidelidad de vasallaje en tiempos críticos. Finalmente, la investigación sobre estos documentos sólo podría llevarse a cabo en los archivos - pero ¿quién querrá gastarse dinero en ello?


El otro caso de Bourbón Condé aún no lo hemos podido reconstruir en detalle, pero también nos resulta dudoso. El escudo se incribió en la "Österreichische Wappenrolle", una entidad sin competencias directivas (de acuerdo con la Ley Republicana austríaca), sino que sólo puede elaborar listas. Muy dudoso resulta ser, en cambio, la observación de que "La pertenencia de Su Alteza Real a la Casa Bourbon-Condé y el derecho de portar el escudo correspondiente fueron confirmados expresamente por decreto escrito del Príncipe e Imán del Yemen, expedido el 9 de abril de 1965." Si existe algo que pueda confirmar la pertenencia, seguramente no un decreto de un príncipe tribal no reinante, sino sólo los registros genealógicos reconocidos científicamente o los documentos familiares a los que puede recurrir todo investigador. Pero que sea precisamente un mequetrefe yemenita nos resulta completamente improbable. Hay que pensar además quién lo debe haber sido en aquel momento: El Yemen del Sur, en 1965 seguía aún con Inglaterra sin independencia política, el Yemen del Norte era República desde 1962.

Las inscripciones aportadas del Rey de España, el Colegio de Armas de Londres, el Manual Genealógico y en el Rollo de Escudos Austríaco no tienen ningún valor. Algunos "nobles" del Este consiguen repetidas veces engañar a las autoridades occidentales - entre las que se encuentra el College of Arms como institución más o menos lucrativa. Así ocurrió en Alemania que un rumano inmigrado fue reconocido como "Conde" aunque según la situación rumana, resultaba ser bastante dudoso que perteneciera a la nobleza inferior. En Francia, una familia rumana de la nobleza sin títulos consiguió el título de Príncipes.

Cosas similares pasan con familias procedentes de Hungría, Polonia y, por supuesto, de Rusia, porque los funcionarios en Occidente se ven sencillamente abrumados por los documentos o son simplemente receptivos para sobornos. Encaja también el hecho de que el College of Arms propone en qué orden se deben relacionar los títulos. Normalmente esto es algo que se fija por la misma familia, generalmente por ley interna. Curioso también lo siguiente: Las tasas para el registro en el College of Arms se pagan desde Munich (¿por casualidad?- lugar de residencia del sr. Schwetz) - pero Alexis tiene su domicilio en Madrid.
Encaja, además, dentro de todo este marco que Alexis fundara una Orden llamada "Orden de San Juan de Jerusalem" y vende o concede títulos nobiliarios. La orden es manifiestamente falsa y compite como 200 más con la única Orden de Malta auténtica.

(Este estudio se completará con otras aportaciones y los documentos estudiados, si aún son legibles, pendientes de localización.)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

VAYA FARSANTE .....Q IDIOTA ...
SUERTE Q MURIO CON UN TUMOR EN LA CABEZA ....

Anónimo dijo...

la verdadera romanov
http://mariaromanov.net46.net
incluye pruebas ADN

Carlos Mundy dijo...

No era un farsante ni un idiota... la verdad es que nuevos estudios avalan la tesis de que era realmente quien decia ser...es decir el nieto de la Gran Duquesa Maria Nicolaievna....
Historiadores como Marc Ferro y Marie Stravlo estan absolutamente convencidos de esta tesis.. y yo tambien