domingo, 17 de agosto de 2008

Simeón II en 1990: "No somos soñadores"


Entrevista con
Su Majestad el Rey de los Búlgaros
Don Simeón II


Esta entrevista fue realizada en enero de 1990 por don Pedro Schwenzer y publicada en el mismo mes en el Periódico de la Fundación Institucional Española FIES, del que era responsable de coordinación de contenidos y realización.

P
ublicamos aquí esta entrevista por su interés histórico y para que no se pierdan las palabras de S.M. el Rey de Bulgaria, ya que la difusión que tenía aquel periódico en 1990 era limitada y no existía el Internet.

Como comprobará el lector, las cosas han cambiado mucho tras los recientes acontecimientos en Georgia. Lo que eran la URSS y Gorbachov, ahora son Rusia y Putin. La debilidad de la URSS y de Rusia ha sido superada por el poder del petróleo y del gas natural, que antes apenas se producían a gran escala y ahora son fuente de riqueza gracias a la tecnología occidental que los comunistas jamás habrían conseguido manteniendo la dictadura comunista. Lo que queda patente con esta entrevista es el alto valor de la Monarquía como garante de la libertad y la democracia.


Se acompaña un álbum de fotos tomadas durante la entrevista por el fotógrafo Antonio Dalda de Madrid.



Pedro Schwenzer - FIES: Majestad: Los últimos acontecimientos políticos en los países de Europa del Este hacen recobrar la esperanza de que vuelvan la democracia y la libertad para sus ciudadanos. ¿Cómo valoráis, Señor, la actual situación en el este y, especialmente, en Vuestro país Bulgaria?


S.M. Simeón II: Empezaría diciendo que es menos rápido de lo que quizás parezca, o porque de repente ha habido este efecto dominó en todos los países, y yo creo que son evoluciones, espero además paulatinas, y con mesura y bien pensadas, porque por muy bueno que sea a lo que se aspira allí en un caso así, se pueden malgastar o desaprovechar oportunidades únicas, tan únicas que nadie las creía posibles por exceso de prisa o de entusiasmo repentino, y por eso mismo yo estoy verdaderamente, muy, muy, muy satisfecho y me congratulo con nuestro gobierno, porque por ahora están haciéndolo de manera muy inteligente estando siempre una etapa por delante de las exigencias de la oposición. Con lo que se evitan, pues, tensiones tremendas. Por otro lado, está mucho mejor organizada, y es mucho más real de lo que cualquiera podría haber pensado, y por una vez también se han agrupado las fuerzas democráticas, que representan unas 17 tendencias y están hablando con una sola voz.

P.S: ¿No hay un peligro de que el pueblo búlgaro, si no ve una evolución rápida para una vida un poco mejor, se desilusione?


Simeón II: Eso sí, pero la capacidad de aguante que ha tenido nuestra gente en estos 40 años es tremenda. Si ahora tardan 2 años, y digo dos, porque pueden ser cinco, antes de empezar a sentir una mejora, eso es inevitable, ya que milagros no los puede hacer nadie, creo yo, espero que haya alguien que los pueda hacer, pero no lo creo sencillo.

P.S.: ¿Se reconocerá que va a ser difícil?

Simeon II: Dificilísimo, dificilísimo, por la profundidad del problema y por una cosa que para mi, en fin, es otro punto que muchas veces la prensa occidental no capta o habla de generalidades sin tener la menor idea de lo que verdaderamente ocurre. Pero, es que hay qque tener en cuenta que ha habido ya dos generaciones enteras en Bulgaria que no han tenido ni responsabilidad ni iniciativa ni alicientes ni nada, o sea, esa gente se ha convertido sin querer en apática, pasiva, para no decir perezosa.

P.S.: ¿En qué medida se acuerda Vuestro pueblo de Vuestro reinado o él de Vuestro augusto padre, el Rey Boris III?

Simeón II: Lo que han podido decir los padres y abuelos, porque todo lo demás es tabú, sólo han oído horrores para intentar mejorar lo difícilmente presentable en lo que han vivido. Pero yo confío que justamente, porque está en la naturaleza humana tener vocación de poseer algo, vocación de destacar, que rápidamente, en cuanto noten que esto va hacia algún lado, la gente vuelve a tomar lo que son las cualidades tradicionales e históricas del pueblo de Bulgaria, trabajador, honrado, ahorrador. Recuerdo una vez que fui a ver a Bengurión con mis compatriotas israelíes, y me llegó al alma, porque me agradeció lo que mi padre había hecho por nuestra minoría judía, que son sefardíes españoles casi todos. Me dijo Bengurión: "¿Sabe que aquí apreciamos tanto el elemento búlgaro que si un señor entra en un banco y pide crédito y dice que es búlgaro, prácticamente no le piden otra cosa como referencia?" Me llegó al alma, porque así éramos antiguamente, gente muy formal y muy trabajadora, y cuando lo digo ahora a los jóvenes que me vienen a ver o gente política de la Bulgaria actual, dicen: No se haga ilusiones, hemos degenerado, somos un pueblo de perezosos.

P.S.: Sois conocido como defensor de la democracia y la libertad. ¿Creéis posible el papel de la Monarquía en la transición como elemento de unión y refuerzo, similar al desarrollado en España?

Simeón II: Debería ser un elemento de unión y es donde yo, en fin, creo que es la única om elemental o fundamental ventaja de la Monarquía que represente la unión. Y claro, en un momento, en una crisis institucional o de un vacío, me parece que sin prejuzgar a ningún sistema, pero es la única que ofrece una especie de universalidad y de comprensión para todos y por todos.

P.S.: ¿No se puede llegar a los excesos de Rumanía?

Simeón II: Los comunistas en Bulgaria tienen que tener un papel, además porque son búlgaros ante todo. ¿Por qué vamos a decir que tienen que ser unos ciudadanos de clase B? ¡No! Sus errores y sus pecados los pagan o los pagarán viendo lo que ha sido, pero tienen que participar en la reconstrucción de la nueva Bulgaria.

P.S.: En nuestra reciente entrevista con S.A.I.R. Don Otto de Habsburgo, éste hizo referencia a que el pueblo búlgaro está buscando un nuevo contacto con Vuestra Majestad. ¿Se puede interpretar este acercamiento como el deseo de restablecer la Monarquía búlgara?

Simeón II: Yo he pretendido siempre ser realista e intentar guardar los pies bien sobre el suelo. Creo que hay varios factores: Hay un factor recuerdo: la popularidad enorme e innegable de mi padre. Hay un factor de la gente que tiene más estudios o memoria, que se dio cuenta de que mi padre no solamente evitó que el país se viese en la guerra activa, aunque éramos, en fin, del eje y del pacto tripartito, pero Bulgaria no mandó tropas al frente del Este, no tocaron nuestra minoría judía, mi padre hizo todo para en el fondo sacar al país de la guerra, aunque murió antes de poder conseguirlo. Estos son factores que todo el mundo reconoce.

P.S.: Según Vuestros conocimientos ¿existe un movimiento amplio en Bulgaria que apoya una restauración monárquica?

Simeón II: Por algunas radios internacionales e incluso, creo, que alguna emisora española, se difundió que había habido grupos que estaban o que querían formarse para promocionar o promover la Monarquía o la vuelta de la Monarquía. Personalmente no puedo decir que estoy en contra, porque no quiero eludir ni ofender a nadie. Pero personalmente considero que la Monarquía no es una agrupación o un partido, es algo muy diferente, mucho más amplio y mucho más cómodo o mucho más polifacético que un partido o un movimiento, y por eso mismo yo quisiera que lo sintiesen unos, que lo entendiesen otros, pero que no se convirtiese en bandera.

P.S.: ¿Cómo desearíais, Señor, que fuera la nueva Monarquía búlgara como institución moderna y renovadora?

Simeón II: Una monarquía constitucional.

P.S.: ¿No volvería una nobleza, una aristocracia como antiguamente?

Simeón II: No, además no hemos tenido nunca, porque la tuvimos en tiempos de los llamados Boyaros, hasta el siglo XIV, sí, pero luego, los cinco siglos que estuvimos bajo el imperio otomano, se niveló, no había registro civil, no había diferencias, éramos todos, digamos, protegidos del sultán y ahí se terminó el asunto.

P.S.: ¿No puede haber reclamaciones de tierra?

Simeón II: No, nada. Además, debo decir, y allí he discutido y he sido atacado a veces, porque la gente se sorprende que diga yo eso, pero en una agricultura moderna como hace falta hoy en día en una tierra tan riquísima como es Bulgaria, el sistema que teníamos antes del golpe de estado comunista se hubiese ahogado incluso sin las injusticias y barbaridades que fieron las confiscaciones, reformas y todo, por una cosa: que Bulgaria por su sistema legal de herencia, todo estaba tan fragmentado que la tierra la medíamos y se sigue midiendo todavía en décares, que son 10 metros por 10. Con decirle esto le da ya el calibre. Hoy en día, una agricultura moderna no se puede llevar en parcelitas como esta habitación, aunque uno puede de esta habitación hacer un vergel, pèro quiero decir que la agricultura moderna necesitaba un poco más de espacio, si se explota bien y racionalmente, tendrá sus ventajas.

P.S.: ¿Cómo pensáis asegurar en el nuevo orden institucional y económico-social que el pueblo búlgaro cuente con unas garantías de cobertura social?

Simeón II: Obviamente habrá un desarrollo fuerte, pero mke parece que cada país tiene su identidad, yo creo que una cooperación económica, un intercambio y tal, pues a la larga se van a equilibrar los dos niveles y será positivo para todos, si puedo definir mis pensamientos, son de "social-capitalista" en el sentido que un capitalismo bien entendido en el que cada uno verdaderamente gane según su trabajo. Hace unos meses se hizo un sondeo más o menos secreto en Bulgaria sobre: "A qué país le gustaría a la gente asimilar o asemejarse en un momento dado". En el tope de este ranking iba Suecia, esto es muy interesante, tiene un sistema social desarrolladísimo, y al mismo tiempo es un país occidental capitalista.

P.S.: S.M. el Rey Miguel I de Rumanía, de Vuestro país vecino, decñaró hace unas semanas que dispone de un plan secreto para promover una restauración monárquica en su país. En Vuestro caso ¿trabajáis en algún plan similar para Bulgaria?

Simeón II: Programa yo creo que es de la gente de dentro, porque la gente de dentro, mis compatriotas, están hartos de que se les diga cómo hacer o imponerles programas, sea en quinquenios o como sea, yo creo que eso emanará del nuevo parlamento o del parlamento que vendrá después o de las discusiones que habrá en los partidos, pero eso lo son ellos que dirán el programa del porvenir. Yo, lo que puedo hacer es limitarme a organizar con un grupo de amigos. no forzosamente todos búlgaros, por supuesto, sino también extranjeros, un poco la coordinación del esfuerzo económico.

P.S.: En el supuesto de resultar realizable una restauración monárquica a gran escala en los países europeos del Este, ¿creéis, Señor, que Gorbachov tolerará esta transformación de sus antiguos satélites?

Simeón II: La URSS o Gorbachov, a lo que aspira es precisamente a no interferir ya, porque han tenido experiencias muy amargas, muy costosas, y si ellos han ido soltando a los países, que eran un cinturón protector, hoy en día estos países para ellos son un peso, si dentro de estos países quieran que funcione este país om por una razón u otra, quieren ser una Monarquía, mientras que esa Monarquía no esté echando pestes contra la URSS, no veo por qué les puede importar. La URSS tiene óptimas relaciones con las Monarquías occidentales y no veo por qué no podrían tenerlas con las Monarquías orientales. Creo que todo el mundo puede aprovechar y salir ganando, y que no haya vencidos ni vencedores y bloques y antagonismos tremendos, sino al contrario, tender a verlo todo en un ángulo o un concepto un poco más universal, y no tan dogmático, porque los dogmas, se ha visto, han llevado a catástrofes.

P.S.: ¿Qué recuerdo tenéis de Vuestra exaltación al trono?

Simeón II: De la proclamación sabía, de hecho, que había una reunión del Gran Parlamento. Los dos años que pasamos ya bajo la ocupación o la dominación soviética fueron muy duros, y hubo escenas bastante terribles. Una de ellas fue cuando nos obligaban a trasladar los restos de mi padre del monasterio. donde había pedido él que fuera enterrado y que se había convertido en un lugar de peregrinaciones masivas y permanentes; y a lo largo de la vía férrea al marcharnos, los gritos de la gente "¡A quién nos dejas!", comprendía perfectamente lo que querían decir, los gritos desgarrados. Foto: Simeón II, todavía Príncipe Heredero, con su guardia personal.

P.S.: Muchas gracias, Majestad.




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